Oigo
y olvido, veo y recuerdo, hago y comprendo.
Recuerdo
un día sí y otro también como mi padre, fundador de Microlog, y luego mi
hermano Rafa, magnífico director general de la compañía familiar, tienen esta
frase totalmente interiorizada. En un mundo convulso, donde casi todo se mueve
a velocidad de vértigo, un mundo en el que la cultura de la inmediatez se ha
instalado y todo parece para ayer, esta sentencia cobra si cabe todavía más
actualidad. Parece que sabemos de todo por haber oído cuatro pinceladas o haber
visto un video sobre ciertas materias y a la vez, la verdadera experiencia de
aprendizaje se produce cuando hacemos. Por supuesto que es fundamental conocer
y entender los conceptos básicos… y a la vez a nadar solo se aprende nadando.
Esto es parte de la piedra filosofal de Microlog, por eso todos los kits están
orientados a la acción, a provocar una experiencia de aprendizaje en la que se
consoliden los conceptos y luego se apliquen en el día a día. Con todo esto
interiorizado, diría que “corriendo en mi mente inconsciente” el otro día caí
en la cuenta que este principio que he absorbido en Microlog desde niña es el
mismo que aplico al diseñar un curso de liderazgo en la plataforma que he creado, Lidero.
En ella, se busca lo mismo que en Microlog, en pequeñas dosis simples y
profundas, practicar con solidez y disfrute ciertos conceptos para que sean
trasladables a la vida diaria. Es en el hacer cotidiano como se forjan los
grandes líderes. Gracias papá y gracias Microlog por haberme dado tanto.
María
José Sánchez Yago
Socia
de Microlog y cofundadora de Lidero