miércoles, 28 de marzo de 2012

EFICIENCIA Y COMPETITIVIDAD

Decido voluntariamente iniciar los trámites para la firma electrónica de mi empresa.

Paso 0: me bajo un número de referencia de la página web de Hacienda.

Paso 1: tengo que ir al Registro para que me den un certificado acreditando que soy la administradora de mi empresa. No es suficiente con que lleve la escritura en la que soy nombrada a Hacienda. ¿Motivo? Se me argumenta que es posible que haya cambiado. Formula la siguiente pregunta: ¿no deberían estar interconectadas las bases de datos del Registro y de Hacienda para que ellos tuvieran esa información actualizada? Ir físicamente a pedir un papelito con un sello a un edificio y llevarlo a otro se me antoja más como un trámite del siglo pasado que algo propio de la sociedad que aspire a ser eficiente y competitiva.

Paso 2: voy a Hacienda con el certificado y relleno los formularios correspondientes. Se me informa que en unos días recibiré un correo electrónico con los trámites a seguir.

Paso 3: no recibo ningún correo electrónico, tal vez se lo tragó el spam. Hago indagaciones en la maraña de las poco intuitivas páginas de la Administración y me encuentro con que no me puedo descargar el certificado. ¿Motivo? Cuando realicé el Paso O se me avisaba (yo no me di cuenta) que el navegador con el que había hecho el trámite no servía. ¿Resultado? Tengo que volver a sacar otro numerito (repetir el Paso 0) y volver a Hacienda.


Mª José Sánchez

Paso 4: vuelvo a Hacienda con el número nuevo. Desafortunadamente tampoco puedo realizar el trámite. ¿Motivo? El papelito del Registro que me acreditaba como administradora ya ha caducado. Recordamos que las bases de datos no se hablan. ¿Resultado? Tengo que volver al Registro a pedir un nuevo certificado e iniciar los trámites.

Paso 5: dimite temporalmente de obtener la firma electrónica. De momento, lo dejo ya que tengo que trabajar.

¿Balance? Tres días perdidos en colas y papeleo suprimible. Soy autónoma y tengo mi propia empresa, podría decirse que trabajo a destajo. No me permito el lujo de ponerme enferma sopena de no ingresar. Sin embargo no me queda más remedio que sacrificar mi productividad por la ineficiencia de los sistemas de la Administración.

Paso 6: recibo una notificación diciéndome que ahora el trámite de la firma digital es obligatorio. ¡Miro al cielo!

¿Quiere competitividad señor Rajoy? Pues ya sabe por donde empezar, emplee bien los impuestos y haga que la Administración esté al servicio de los ciudadanos y no a la inversa. Mientras el "vuelva usted mañana" de Larra siga de rabiosa actualidad, mal vamos.

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