jueves, 31 de mayo de 2012

OKUPAS

Mª José Sánchez Yago
Directora corporativo


Mis entendederas no dan más de si. Sinceramente, no soy capaz de comprenderlo. Alguien decide entrar en mi casa, vivir allí porque sí y todavía tiene el descaro de quejarse si llamo a la policía para desalojarle. ¿Qué pasa con los valores más básicos? ¿Qué hay del respeto por la propiedad ajena? ¿Puede justificarse una usurpación unilateral? Miren, se puede ser de derechas, de izquierdas, de centro o de lo que sea... pero las legítimas diferencias se sostienen si tenemos una base compartida desde la cual la diversidad nos enriquece y completa. El respeto no es negociable si aspiramos a una sociedad con un mínimo de libertad.

 Si yo me deslomo para pagar mi hipoteca, para mantener a mis hijos, para luchar con coraje contra esta puñetera crisis... y contribuyo con mis impuestos a servicios que utilizamos todos -no hablo sólo de la sanidad y educación, sino del metro, de la limpieza de las calles, del alumbrado...- lo último que necesito oír son justificaciones ideológicas a lo que en palabras llanas se llama robar, coger y utilizar aquello que no es mío. 

También se me pone la carne de gallina cuando algunos tienen el atrevimiento de aferrarse a la solidaridad como argumento expíatorio. Un simple recordatorio: esta no va de tomar lo del otro, de colectivizar lo del prójimo, de hacer de lo tuyo un "nuestro"... sino más al contrario, tiene que ver con el altruismo, con dar, con generosidad, con entregarse. Es decir, una actitud diametralmente opuesta a la de quiénes se adueñan (aunque sea en usufructo) de lo que no es suyo. 

 Y yo me pregunto, ¿cómo estamos educando a nuestros menores para que lo más esencial lo tengan difuso? ¿No es esa dispersión moral la antesala de lo que está pasando ahora? "El administrador del futuro debe ser servidor de ciudadanos libres, no el gobernante benévolo de súbditos que le admiran" escribía Russell en su tratado Sobre la Educación. En aras a la libertad de todos, por favor, hagamos que se respeten los límites.

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